En este més de Octubre comienza la campaña de vacunación contra la gripe en todos los centros sanitarios de Andalucía.
El virus de la gripe cambia todos los años, es por este motivo por el que debemos vacunarnos cada año, sobre todo las personas mayores de 65 años, pacientes con ciertas enfermedades crónicas y mujeres embarazadas.
La vacunación se extiende durante los meses de Octubre y Noviembre, por lo que no es necesario vacunarse en los primeros días de la campaña.
La consejería de igualdad, salud y políticas sociales en su página web ha editado unos consejos para prevenir la gripe y que transcribimos en su totalidad.
Consejos
para prevenir la gripe
Los síntomas de la GRIPE son
fundamentalmente: fiebre, síntomas respiratorios, tos y malestar general. Está
causada por el virus de la influenza y es de fácil contagio y transmisión entre
humanos.
Para afrontar la gripe, como
cualquier otra enfermedad, es importante contar con una buena salud y un
sistema inmunológico fuerte que se consigue con unos hábitos de vida sanos,
con una alimentación equilibrada que incluya todos los nutrientes necesarios y
la realización de ejercicio físico. Evitar hábitos como el tabaquismo o el
sedentarismo nos pondrá en mejores condiciones para mantener un nivel de salud
importante.
Unas medidas higiénicas adecuadas
contribuyen a evitar la transmisión de determinadas enfermedades. En este
sentido, en caso de tos o exceso de mucosa utilizar pañuelos desechables para
tapar la boca y la nariz cuando se tosa o se estornude, mantener una correcta
higiene de manos y evitar el contacto de las manos con la boca y los ojos.
Extremar las medidas higiénicas mencionadas anteriormente en los lugares donde
exista aglomeración de personas o en trabajos de cara al público, donde cobra
especial importancia el lavado periódico de las manos, que evita
multitud de enfermedades que se transmiten por esta vía.
La gripe es una enfermedad causada
por un virus y actualmente no hay medicación para acabar con estos
microorganismos. Esta gripe, como la gripe de todos los años, se comporta de
manera leve con lo que el tratamiento consistirá en medicación para paliar los
síntomas (medicación para la fiebre, para la congestión…) y se indica al
paciente que permanezca en casa descansando y mitigando los síntomas asociados.
La vacuna es un medicamento preventivo que
inmuniza contra determinadas enfermedades. Existen vacunas incluidas en el
calendario infantil y otras que sólo se administran a pacientes crónicos o en
la edad adulta como ocurre con la gripe. Para cada una de ellas existe un grupo
de riesgo concreto que se puede beneficiar de las mismas y que está determinado
por expertos nacionales e internacionales, por lo que es importante conocer si
se pertenece a alguno de ellos para administrársela.
Es importante realizar un uso
adecuado y responsable de los servicios sanitarios para evitar su
saturación y facilitar su buen funcionamiento. Hay que hacer uso de las
urgencias hospitalarias sólo en los casos en los que la gravedad sea extrema.
Para resolver cualquier duda sobre cuestiones sanitarias, los ciudadanos tienen
disponible las 24 horas del día, los 365 días del año, el servicio Salud Responde,
accesible con una simple llamadas al 902 505 060 o a través del correo
electrónico (saludresponde@juntadeandalucia.es).
Recomendaciones
de vacunación antigripal
Las recomendaciones de vacunación
antigripal tienen como objetivo reducir la mortalidad y morbilidad asociada a
la gripe y el impacto de la enfermedad en la comunidad. Por ello, deberán ir
dirigidas fundamentalmente a proteger a las personas que tienen un mayor riesgo
de presentar complicaciones en caso de padecer la gripe, a las que pueden
transmitir la enfermedad a otras que tienen un alto riesgo de complicaciones y
aquellas que, por su ocupación, proporcionan servicios esenciales en la
comunidad.
La pandemia producida en 2009 por la
infección por el virus pandémico A(H1N1) ha puesto de manifiesto la mayor
probabilidad de presentar complicaciones tras la infección en personas que
presentan alguna condición clínica especial y que hasta el momento no habían
sido consideradas como grupos de riesgo, por lo que se les ha incluido en las
recomendaciones de vacunación de gripe estacional.
¿Quiénes se
deben de vacunar frente a la gripe?
- Personas mayores o igual a 65 años de edad. Se hará especial énfasis en aquellas personas que conviven en instituciones cerradas.
- Personas menores de 65 años que, por presentar una condición clínica especial tienen un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe o porque el padecer la enfermedad pueda provocar una descompensación de su condición médica:
- Niños/as (mayores de 6 meses) y adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares o pulmonares, incluyendo: displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística y asma.
- Niños/as (mayores de 6 meses) y adultos con enfermedades metabólicas crónicas, incluyendo: diabetes mellitus; obesidad mórbida (índice de masa corporal igual o superior a 40); insuficiencia renal; hemoglobinopatías y anemias; asplenia; enfermedad hepática crónica; enfermedades neuromusculares graves o inmunosupresión, incluida la originada por la infección de VIH o por fármacos o en los receptores de trasplantes; enfermedades que conllevan disfunción cognitiva: síndrome de Down, demencias y otras. En este grupo se hará un especial énfasis en aquellas personas que precisen seguimiento médico periódico o que hayan sido hospitalizadas en el año precedente.
- Personas que conviven en residencias, instituciones o en centros que prestan asistencia a enfermos crónicos de cualquier edad.
- Niños/as y adolescentes, de 6 meses a 18 años, que reciben tratamiento prolongado con ácido acetil salicílico, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye tras la gripe.
- Mujeres embarazadas.
- Personas que pueden transmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar complicaciones
- Trabajadores de los centros sanitarios, tanto de atención primaria como especializada y hospitalaria; pública y privada. Se hará especial énfasis en aquellos profesionales que atienden a pacientes de algunos de los grupos de alto riesgo anteriormente descritos.
- Personas que por su ocupación trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos crónicos, especialmente los que tengan contacto continuo con personas vulnerables.
- Personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o ancianos.
- Personas que conviven en el hogar, incluidos niños/as, con otras que pertenecen a algunos de los grupos de alto riesgo, por su condición clínica especial (citados en el punto 2).